noviembre 23, 2024

Mujer de 83 años es violentada… por su propio hijo

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Carlos Jiménez

Los golpes en el rostro, los jaloneos, los aventones, los insultos… son cosa común para la señora Celia Zendejas Vargas. A sus 83 años, parece que ya es “normal” ver los moretones en sus ojos, escucharla gritar, llorar…

La mujer es constantemente violentada en su propio domicilio de la alcaldía Gustavo A. Madero. Y el hombre que la agrede es su propio hijo, un adicto identificado como Julio Soto Zendajas, de 56 años.

Tras ser manipulada y amenazada por su propio hijo para que no lo denunciara, el pasado 19 de julio la señora Celia se decidió. Tras ser golpeada una vez más, acudió a la Fiscalía de Justicia de la Ciudad (FGJCDMX) para presentar una denuncia en su contra.

Ahí la analizó un médico legista. Y así clasificó sus lesiones: “Presenta esquimosis irregular violácea de cuatro por tres centímetros en párpado inferior, izquierdo, aumento de volumen de tres por tres centímetros en región malar de lado izquierdo, zona equimótica irregular amarillenta de seis por nueve centímetros en región pectoral izquierda…” es parte de lo que registró.

Pero parece que de nada sirvió que se decidiera a acudir ante las autoridades. Aunque ha pasado casi un mes desde que Celia fue agredida, no la han apoyado. La Fiscalía de Investigación del Delito de Violencia Familiar no ha hecho nada por cuidarla.

Celia y su agresor, continúan viviendo bajo el mismo techo en la unidad San Juan de Aragón, en la alcaldía Gustavo A. Madero. Y las amenazas en contra de la mujer, no han cesado.

El relato de la agresión quedó registrado dentro del expediente CI-FIDVF/AEAM/UI-3/S/D/00652/07-2021.

De acuerdo con la denuncia que presentó, ese día ella estaba en su recámara hablando por teléfono con otra de sus hijas, cuando Julio Soto entró, le colgó la llamada y le dijo cuestionó por qué le contaba cosas.

Mientras lo hacía, “me dio dos cachetadas, una pegándome en mi ojo izquierdo y la otra pegándome en mi mejilla del lado izquierdo, decía que también todo el mundo le faltaba al respeto por lo que me pega a la altura del pecho sin recordar cuántas veces lo hizo”, relató la mujer ante la autoridad.

Aquel día, de los nervios, la señora Celia buscó encender un cigarro, pero el sujeto la tomó del brazo, la jaloneó y la aventó mientras le decía que se fuera a fumar a otro lado.

OTRA AGRESIÓN

Pero esa no es la única agresión que ha sufrido la mujer. En enero pasado algo similar sucedió. Un video muestra a la señora con moretones en ambos ojos, titubeando al hablar y sin saber cómo explicar lo que acababa de pasar.

Su hijo acababa de agredirla, pero ella buscaba excusarlo diciendo que le había aventado una almohada porque no encontraba unos análisis médicos.

Al fondo del video, se apreciaba al agresor. Aparentemente estaba intoxicado. Y negaba lo que había sucedido.

Así, pasa los días en su casa la señora Celia, entre agresiones, insultos y golpes de su propio hijo… sin que la autoridad la ayude.

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